El grupo escultorico de la Borriquita, obra del imaginero Salvador Madroñal



EL GRUPO ESCULTORICO DE LA BORRIQUITA,
OBRA DEL IMAGINERO SALVADOR MADROÑAL

Por José Cabello Núñez


Publicado en la Revista de la Tertulia Cofrade "El Estandarte" nº 1, páginas 11-15.Editada por la Tertulia Cofrade "El Estandarte". La Puebla de Cazalla, 1995. Depósito Legal nº: 569/95



Foto: José Cabello Núñez.2011
Los cambios que se producen en cualquiera de los aspectos de la vida no están exentos de la polémica entre quienes están a favor y quienes son contrarios a ellos, así como de si los mismos son afortunados o no, especialmente cuando estos cambios o modificaciones afectan al tan delicado tema del culto o devoción hacia las imágenes de Cristo y de la Stma. Virgen destinadas a ser procesionadas por las Cofradías.

Cuando la Hermandad de la Triunfal Entrada de Jesús en Jerusalén y María Stma. de la Paz decidió, en el Cabildo General de Cuentas de 26 de mayo de 1991 afrontar la sustitución de la antigua imagen de Jesús en su Triunfal Entrada en Jerusalén por otra nueva de considera­ble valor y mérito artísticos (bendecida el 19 de marzo de 1993), no pudo evitarse surgiesen algunas voces, no sólo en contra del cambio, sino también de la iconografía actual de este grupo escultórico.

La antigua imagen, hoy depositada temporalmente en la ermita de San José (1), se compró, al igual que la mayoría de las que procesionan a lo largo y ancho de nuestra geografía representando este Misterio de la Pasión de Cristo, en la población de Olot (Gerona) el año 1951. Es de serie, de pasta de madera sin calidad artística alguna. Fue realizada en una época donde la demanda de imágenes procesionales era gran­de a consecuencia de la desaparición de un gran número de ellas durante la guerra civil de 1936. Este hecho obligó a los talleres a fabri­car moldes de las esculturas para poder atender el gran número de pedidos.

Foto. José Cabello Núñez. 2005.
El mal estado de conservación de la antigua "Borriquita", que hacía necesaria una urgente restauración de presupuesto bastante elevado, fue determinante para que se acordase la sustitución del conjunto escultórico por otro nuevo, de nueva hechura, y realizado por un escultor de garantías artísticas.

Se visitaron algunos esculto­res sevillanos, entre los que se encontraban Luis Álvarez Duar­te y Antonio Dubé de Luque quienes ofrecieron sus proyec­tos y presupuestos. Finalmente se decidió aprobar el proyecto del joven escultor e imaginero Salvador Madroñal Valle, del que se tuvo conocimiento gra­cias al bordador de Mairena del Alcor, Andrés Sánchez  (a quien le había ejecutado una escultura del Niño Jesús), dada su amis­tad con Antonio Segura Navarrete, poniendo en contacto a ambos para la realización de la obra.

Salvador Madroñal Valle (2), nacido hace treinta años en Dos Herma­nas, es integrante de la actual escuela escultórica sevillana. Se inició en la escultura hacia el año 1964 entrando como aprendiz en el taller de Luis Álvarez Duarte, donde permaneció unos tres años. Reconoci­do admirador de los escultores Juan de Mesa y Juan de Astorga, apor­ta a sus obras detalles barrocos del primero y románticos del segun­do, sobre todo en el caso de imágenes dolorosas. Es considerado como un artífice muy en la línea de los cánones de belleza sevillanos, experto en la iconografía del Niño Jesús, al que representa con aires montañesinos.

Sus esculturas tienen la consideración de piezas únicas ejecutadas con cuidado, en las que busca la perfección, demostrando un estilo propio y definido pero sin apartarse de los grandes maestros.

El escultor besando el pie de la imagen ya bendita. Año 1993. Archivo de la Hermandad. Foto anónima

Entre sus obras de carácter religioso destacan la reproducción de imágenes de la Virgen de Valme para su localidad natal, copias en tamaño académico de la Esperanza Macarena para colecciones parti­culares y para la Residencia de los Misioneros de la Esperanza en Málaga junto con la imagen de un crucificado. Una Inmaculada para el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla. La Virgen Madre de Dios de Nazareth de Alcalá de Guadaíra, un Niño Jesús para la Hermandad de las Siete Palabras de Sevilla, y otro para el bordador de Mairena, Andrés Sánchez. Cuatro ángeles para la Hermandad de la Vera Cruz de Hinojos. Un Resucitado para Valencina de la Concepción, y un Jesús Orando en el Huerto para la localidad de El Gastor. Una doloro­sa para Ceuta. Además ha restaurado tallas como las imágenes de Ntra. Sra. del Rosario, patrona del El Gastor, y las de la Virgen de Consolación y del Rosario de Espartinas, así como algunas restaura­ciones realizadas en la villa de Osuna.
En nuestro pueblo, además de la imagen de la Borriquita, ha reali­zado un Niño Jesús para Antonio Segura Navarrete y una dolorosa para José Maria Moreno González, así como ha restaurado las manos y candelero de la Stma. Virgen de los Desamparados que se encuentra en la Iglesia del Convento de la Victoria.

Examinados brevemente algunos aspectos de la producción artística de este prometedor escultor e imaginero sevillano, procedemos a rea­lizar un breve análisis iconográfico de este importante grupo escultóri­co que compone la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén.

Foto: José Cabello Núñez. 2013
La obra fue concertada con el escultor e imaginero el día 1 de febrero de 1992, encargándose la ejecución del Santísimo Cristo de la Entrada en Jerusalén montado en una pollina, todo de tamaño natu­ral, tallados en cedro real, estucado y policromado, de acuerdo con "el más puro estilo sevillano". Las imágenes son enteras, siendo la del Señor de vestir y articulada en brazos y piernas.

El Señor figura sentado sobre los lomos de un pollino a horcajadas, con la mano izquierda en posición de sujetar las bridas a la vez que bendice con la mano derecha. La mirada baja y muy fija, casi ausente de lo que ocurre a su alrededor, de semblante sereno y pensativo, conocedor de que con su Entrada Triunfal en Jerusalén se encuentra al principio de su Pasión. El pollino, de gran tamaño, en el que se revela un minucioso estudio del natural, se representa como asustado, con la cabeza alta y orejas enhiestas y abiertas, los ojos espantados, iniciando la marcha, con el rabo entre las patas y éstas bien clavadas en tierra, los músculos tensos y vigorosos, reacción natural de un ani­mal que es montado por primera vez y que se encuentra rodeado de la muchedumbre que aclama a Jesús. Al representar así al animal, el escultor sigue fielmente el Evangelio de San Marcos (11, 2-3): "Id a esa aldea que está frente a vosotros y, apenas entréis en ella, encon­traréis atado un pollino, en el cual no se ha montado nadie todavía; desatadlo y traedlo".

Fue esta especial iconografía la que originó algunas controversias entre los hermanos y devotos. Algo lógico si tenemos en cuenta que estamos acostumbrados a ver las representaciones propias de Olot, en las cuales la imagen del Señor se reproduce sentada al estilo "amazo­nas", postura que sin duda sería considerada por los talleres como más idónea para facilitar la realización del molde de la escultura.

Existen antecedentes iconográficos del grupo escultórico que trata­mos. Así, la imagen de Jesús de la Hermandad sevillana de la misma advocación, atribuida al círculo de Pedro Roldán (de finales del siglo XVII), se encuentra también sentada a horcajadas. En esta misma posición figura representada la imagen de la Hermandad de la Borri­quita de Huelva.

La imagen del Señor se nos presenta de frente. Podríamos destacar alguna semejanza en el tratamiento de la cabeza, sobre todo de la cabellera que cae sobre la espalda, con la de Ntro. Padre Jesús Cauti­vo (titular de la cofradía sevillana de Santa Genoveva), y Ntro. Padre Jesús de la Redención (Rocio).

Foto: José Cabello Núñez. 2005
Destacan en su cabeza dos pequeñísimos mechones de pelo que se abren en la frente, uno a cada lado. La nariz es alargada y recta, los ojos grandes y enmarcados por finas cejas. La boca cerrada, de labios carnosos. El bigote, que arranca a ambos lados de la nariz inmediata­mente bajo los orificios nasales, no se encuentra completamente cerrado, dejando al descubierto el hoyuelo del labio superior. La barba bífida o partida, recuerda mucho en su composición y talla a la del Cristo de la Misericordia (Montserrat), obra de Juan de Mesa. El cuello es largo y musculoso, en el que se aprecian bien la musculatu­ra y las venas. El torso se encuentra totalmente anatomizado hasta la cintura. Sus manos son grandes, dedos largos y delicados, al igual que los pies, en los que se aprecia cierta tensión, como así parece dedu­cirse por la talla de los tendones de los dedos. Por último, con res­pecto a la policromía, ésta es suave y uniforme, de tonos mates, lo que le da un aspecto natural, de tez morena.

Sin duda nos encontramos ante una magnífica imagen que destaca por su originalidad y belleza, salida de las manos de un gran escultor, candidato a engrosar la nómina de los grandes maestros de la imagi­nería procesional andaluza. Creo que hemos ganado con el cambio, logrando así incorporar a nuestra Hermandad una de la esculturas, quizás, más interesante de la actual imaginería neobarroca sevillana. 

NOTAS: (1) Desde el año 2005 preside la sala de juntas de la Casa de Hermandad.- (2) Mayor información sobre este artífice en su web: http://www.imaginero-smadronal.com/galeria/principales/index.html.

Comentarios